Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2013

corre que camino

Me levanté con ansias de seguir. Corrí temprano para aprovechar el día y abrí mi libreta, escribí: “le digo a usted –que tanto prohíbe- no se asegure, aquí todos ganamos, usted y yo, pero la diferencia es que yo le gano a lo imposible”. Caminé hasta donde los sueños siguen. Recostado en el pasto miré al cielo, a la gente que pasa y vive, los que vivieron y los que se aproximan a vivir, sin saber lo que se siente. Me acerqué al río y miré mi reflejo… “estoy más viejo” pensé, cada vez quedaba menos, pero todo era una suma. De a poco se acercaron unos ancianos y rápidamente comenzamos una conversación como si nuestras almas se hubiesen enlazado a la vista, conociendo todo nuestro pasado a la perfección; sin duda, estábamos conectados. De pronto todo pareció tan sencillo y claro, respondiendo mis inquietudes, sin que ellos siquiera las conocieran. Me sentí listo para enfrentarla. Esperé a que la tarde pasara, pacientemente. Aunque, debo reconocer, que todo tenía un color distinto…

Enséñame a tropezar despacio

Y decirle a usted, señor, (que por cierto no corresponde) que no todo acabó... que no se angustie. Sin embargo, comentarlo, que si hoy me tiene escribiéndole es por la razón de que aún vive caballero. Recomendarle, también, que no viva en la agonía diaria, solo le servirá para comerse su propia alma. Y quizá este escrito esté errado del todo . Pero, oiga, nada es en vano... ¡viva que muere!