Entradas

Mostrando entradas de julio, 2018

Cuento s100

La comida tiene que ser a las seis de la mañana, salimos corriendo para llegar rápido y nos quedamos siguiendo a tus casi-amigos en el parque, volvemos, miramos por el balcón el ajetreo de nuestra esquina y comida de nuevo. Nos acostamos e interrumpes mi paz ocupando el espacio, haciendo que ya no pueda trabajar. Con tu grito despierto y me doy cuenta que solo era el vecino llegando a casa. Siendo de noche nos preparamos para ir a la cama, siempre lo mismo, pero no me molesta esta rutina; me gusta contar que mi jefe es mi perro.

Uno

Cariño no tengas miedo, déjate caer mis brazos te esperan abajo muy dispuestos mientras te observo y me percato que de a poco vuelas más alto por más tiempo a través de estos cielos tan perfectos los mismo que nos miraron cuando nuestros ojos se cruzaban y por vez primera a medida que la noche pasaba y de rosa pasando a gris cálido fue cuando decidí enseñarte a volar -es que lo recuerdo tan bien- y mientras yo te enseño también aprendo. Mira te cuento, cariño, quedan muchas caídas antes pero recuerda mis brazos siempre te esperan.