micro
Y es que cuando me pides que te explique qué es lo que siento, que intente decir con palabras cómo me haces vibrar, me entra un revuelto de sensaciones exquisitas y empiezo a recordar todos esos momentos tan reales y muy sinceros que hemos vivido en esta aventura y es entonces que mi cerebro explota intentando buscar -incluso igualar- con algo tan banal que se lo lleva el viento. Palabras. Y qué más quisiera yo que responder todas tus preguntas, complacer todas aquellas necesidades, pero me pides naturalizar algo que no tiene cabida en este sucio plano, que está muy por encima, en las nubes y entonces me percato del vértigo que esto me produce y me abrazo desde adentro, desde mi vientre, desde mi alma y no me suelto porque siento que ahí dentro está el mismo calor que me entregan tus abrazos.